Daniel Martin Reina recomienda este excelente video, que explica lo que está en juego para que un satélite mantenga su órbita:"Cuanto más cerca se encuentre el satélite de la superficie terrestre, mayor será el tirón de la gravedad, y mayor será la velocidad del satélite para compensar la fuerza gravitatoria y mantenerse en órbita", dice Daniel. Aclara además que
"los satélites no se distribuyen uniformemente alrededor de nuestro planeta, sino que se que se acumulan principalmente en dos bandas de altitud",
LEO (de sus siglas en inglés low Earth orbit) que es donde además vive la mayor cantidad de
chatarra espacial y la
órbita geoestacionaria terrestre (GEO), situada exactamente a 35780 km de altura.
En LEO podemos encontrar la constelación utilizada por los teléfonos móviles satelitales
Iridium y
Globalstar, mientras que en GEO están los satélites utilizados por el
Isatphone Pro de Inmarsat y también por los terminales de banda ancha móvil
BGAN.
De los miles de satélites en servicio,
la mayoría se encuentran repartidos entre LEO y GEO (489 y 424, asegura Martin Reina). El resto están en la zona intermedia, por encima de los 2 mil km de LEO y bajo los 36 mil km de la GEO, en lo que se conoce como órbita media terrestre,
MEO. Los 24 satélites que forman el sistema
GPS se encuentran allí, y también los de
O3b.
Otro tipo de órbita es la
HEO (en inglés Highly Elliptical Orbit) conocida también como
Molniya o
Tundra (en ruso: молния, que significa "rayo" o Тундра que signifca "tierra alta", respectivamente). Estas órbitas son elípticas, gracias a lo cual permiten atender a una zona alejada del ecuador con beneficios similares a la órbita geosíncronas. El servicio de radio digital Sirius Satellite Radio usa tres satélites en órbita elíptica para atender a EEUU, por ejemplo.
Vía
La Aventura de la Ciencia.